domingo, 14 de noviembre de 2010

Sin huella no hay vida

Por Keith Lockitch
Traducido por Sergio Olmos

Conforme el ecologismo sigue creciendo en prominencia, cada vez más personas tratamos de vivir un estilo de vida “más verde”. Cuanto más ecológico intentas ser más confundido y frustrado te sientes con el mensaje ecologista.

¿Has intentado cambiar las bombillas incandescentes tan brillantes y alegres por las fluorescentes compactas tan sombrías pero tan eficientes, para luego averiguar que éstas contienen mercurio? Quizás hayas tratado de reducir el tamaño de los vertederos renunciando a la facilidad y comodidad de los pañales desechables para que te critiquen por la enorme cantidad de agua y energía que se consume al lavar los asquerosos pañales de tela. Incluso dar apoyo a las energías renovables ya no es lo suficientemente verde, ya que ecologistas enfadados protestan en contra del uso de “terrenos vírgenes” para granjas eólicas y plantas solares.

¿No parece que por muchos sacrificios que hagas para reducir tu “huella ecológica” nunca es suficiente?