martes, 15 de marzo de 2011

Antidarwinismo

Difícilmente una teoría científica trajo un cambio tan radical para nuestra concepción de la realidad como lo hizo la teoría de la selección natural. Cuando Charles Darwin presentó esta teoría en 1859 en su libro titulado El origen de las especies, la biología era un campo basado en la teología. La selección natural de Darwin explicaba de una manera magistral la evolución de las distintas formas de vida del planeta. Reemplazando así la idea de que dios había creado el mundo y todas las criaturas que habitan en él, otorgándole al hombre un lugar especial.

Después de más de 150 años de investigación en torno a la selección natural, se ha conseguido una abrumadora cantidad de evidencias que apoyan esta teoría. A pesar de ello, en la actualidad aún existe mucha gente que no cree en la evolución mediante la selección natural y se dedica a atacar a Darwin y su teoría.

Pocos son los que critican la selección natural desde un punto de vista científico. Sin embargo muchos son los que atacan a esta teoría desde un punto de vista ideológico. Tachando a Darwin de racista y eugenista. Afirmando que la aceptación de la evolución nos lleva a genocidios como el holocausto nazi. Afirmando que la teoría de la selección natural implica una moral cruel y opresiva, en la que solo el fuerte sobrevive.


Merece la pena ver la siguiente entrevista al hasta hace poco profesor de biología de la Universidad Autónoma de Madrid, Máximo Sandín, en la que afirma que la teoría de la evolución mediante la selección natural es falsa. Merece la pena porque en tan solo 20 minutos podemos escuchar casi todas las falacias y malentendidos que se usan para atacar a Darwin y a la selección natural.

(Solo los primeros 20 minutos son relevantes para este artículo)


DESMONTANDO A DARWIN - ENTREVISTA MAXIMO SANDIN from ALISH on Vimeo.

¿Cómo un doctor en biología, que necesariamente ha estado expuesto a la vasta cantidad de evidencias que apoyan la selección natural, puede negar esta teoría? Resulta difícil de creer pero si examinamos sus argumentos de cerca podremos entender que las motivaciones de este señor para negar un campo entero de la biología son puramente ideológicas.

En la entrevista, el Dr. Sandín aporta muy pocos argumentos científicos para refutar la evolución mediante la selección natural. Sin embargo tiene otros escritos (ninguno de ellos publicados en revistas científicas) y entrevistas en los que especifica cuales son las evidencias empíricas que, según él, desmontan todo el conocimiento neodarwinista.

Entre tanta conspiración, ad hominems, y pura mentira, podemos encontrar algunos datos reales y relevantes en el discurso del Dr. Sandín. Y aunque no quiero entrar en demasiados detalles técnicos para mantener una lectura amena, me parece adecuado examinar algunos de los aspectos científicos que el Dr. Sandín usa para desmontar la teoría sintética.

El Dr. Sandín expone algunos de los descubrimientos más importantes de las últimas décadas, como que la diferencia en la cantidad de genes entre los organismos es mucho menor de lo que se pensaba. También se ha descubierto que la similitud genética, en cuanto a paquetes de genes compartidos, es extraordinariamente alta, y muchas de las instrucciones genéticas son básicamente iguales entre especies aparentemente tan distintas como los seres humanos y las moscas de la fruta. Parece ser tanto o más importante la regulación de la expresión génica y la edición del ARN que el propio contenido en genes de un organismo.

Esto sin duda ha supuesto un cambio considerable en cuanto a nuestro entendimiento del funcionamiento genético. Pero afirmar que estos descubrimientos desmontan todo el conocimiento de la teoría neodarwinista es incorrecto.

El Dr. Sandín recurre al argumento de que para que la selección natural sea cierta deberían de haber muchos más fósiles intermedios. Parece mentira que un doctor en biología recurra a esta falacia. Existe una cantidad enorme de fósiles intermedios, miles de millones si contamos los microfósiles. Estos fósiles muestran la transición entre grupos importantes, por ejemplo la transición de peces a anfibios, o de una especie a otra.


Se realizan descubrimientos continuamente, como por ejemplo este medio pez medio anfibio denominado Tiktaalik.


El Dr. Sandín rechaza la idea del cambio de una especie a otra por medio de pequeños cambios graduales en su información genética. Sin embargo, a mi parecer, su oposición al gradualismo se basa en una visión incorrecta de la teoría de Darwin. Ha de quedar claro que el gradualismo filogénico no implica una velocidad constante en el proceso de la evolución. Richard Dawkins trata este tema en su libro, The Blind Watchmaker, en el que califica esta visión del gradualismo con ritmos uniformes como una caricatura de Darwin. En evolución, cuando hablamos de un “cambio brusco” puede parecer que nos estemos refiriendo a cambios de un día para otro. Sin embargo, un cambio brusco, evolutivamente hablando, puede significar 50 o 100 mil años, en lugar de decenas de millones de años. Del mismo modo, una especie puede estar mucho tiempo sin apenas variaciones (estasis). Esto no contradice para nada el gradualismo de Darwin. El Dr. Sandín simplemente parece usar una interpretación incorrecta de la teoría del equilibrio puntuado y la teoría del "monstruo prometedor" de Goldsmhmidt.

A continuación cito un texto de uno de los redactores del excelente blog, La ciencia y sus demonios, en el que explica porque los argumentos del doctor Sandín no significan en absoluto que la selección natural sea falsa:

No podemos pensar que todo proceso evolutivo consiste en una continua y lenta variación de las frecuencias alélicas en una población mediante mutaciones en una sola base nitrogenada, aunque (y esto es importante) no podemos afirmar que tal proceso no ocurra nunca. Resulta similar a las famosas leyes de Mendel, que a pesar de que hoy no explican más que una pequeña parte de la herencia genética, siguen siendo válidas para muchos procesos. Derribar la idea de una variación en las poblaciones a partir de la acumulación de pequeñas mutaciones porque puedan existir otros métodos de variación, supondría la misma barbaridad que negar la existencia de automóviles porque hayamos constatado que por la calle circulan bicicletas.

De igual forma, la selección natural es independiente del tipo de generador de variación. La selección natural simplemente evalúa las nuevas formas en relación con el medio biótico y abiótico, se hayan formado a partir de pequeñas modificaciones o por grandes cambios fenotípicos mucho más rápidos. Asociar selección natural a la necesidad de que exista un único mecanismo de variación consistente en pequeñas mutaciones muy separadas en el tiempo es una completa falacia que ni el mismo Darwin cometió (debido, entre otras cosas, a que elaboró el concepto de selección natural sin conocer la causa de las variaciones).

Así pues, modestamente creo que el Dr. Sandín relaciona muy artificialmente diferentes conceptos. Sin dejar de estar cargado de razón en los datos que maneja, el discurso consiste en negar la selección natural debido a que no todas las variaciones se producen por una lenta y continua acumulación de variaciones casi imperceptibles. Y, repito, eso sería como negar la capacidad de un galeón para cruzar el atlántico por el hecho de que existen vehículos que no se propulsan por velas.
-J.M Hernández

Una vez clarificada la validez desde el punto de vista científico de la evolución por medio de la selección natural, vamos a examinar los argumentos ideológicos que se suelen presentar para refutar la teoría de Darwin.

Lo primero de todo, dejar claro una cosa: las implicaciones que pueda tener una afirmación no determina en absoluto la validez de dicha afirmación. Es decir, la realidad existe independientemente de nuestras creencias. Son nuestras creencias las que han de ajustarse a la realidad y no al revés.

Los oponentes a la teoría de Darwin a menudo recurren al argumento del tipo: “El Darwinismo afirma que los seres vivos evolucionaron como resultado del azar y la lucha por la supervivencia. Esta idea define una moral completamente egoísta, cruel y opresiva”.

Las implicaciones subyacentes a este argumento son o que el Darwinismo es falso porque nos lleva hacia una sociedad inmoral, o que este conocimiento debería suprimirse aunque sea cierto. Ambas son completamente irracionales. Incluso si fuera verdad que la aceptación de la evolución dañara el concepto de moral que tenemos, no es motivo para dudar la certeza de la evolución. Sería como decir que la teoría atómica es falsa porque una guerra nuclear puede ser catastrófica.

Sin embargo, no es cierto que la teoría de la evolución por medio de la selección natural nos lleve a un código moral cruel. Para empezar la biología nos dice lo que es, no lo que debe ser. Es una ciencia descriptiva, no prescriptiva o normativa. La evolución nos da la explicación de nuestra existencia y la de todos los seres vivos del planeta. La biología puede informarnos a la hora de explicar ciertos aspectos de la realidad y nos puede ayudar a predecir el resultado de ciertas acciones, pero no nos dice nada sobre si estas acciones son éticas o deseables.

La idea de que la religión es la única fuente de moral es completamente absurda. El código moral se ha de determinar mediante el uso de la razón y el método científico. La idea de que si la gente acepta esta teoría, la sociedad se verá envuelta en caos y violencia es totalmente infundada. De hecho, los países con mayor aceptación de la evolución tienen tasas más bajas de asesinatos, enfermedades de transmisión sexual, embarazos de adolescentes, entre otros aspectos. Un estudio mostraba que las sociedades más seculares eran más saludables en prácticamente todos los aspectos.

Esta correlación no significa, por supuesto, que la aceptación de la teoría de Darwin promueva comportamientos morales, o que la religión promueva comportamientos inmorales. Pero sí que demuestra que el aceptar la evolución no nos lleva al caos, como afirman algunos.

Los oponentes de Darwin y su teoría tienden a ignorar esta información y se inventan argumentos para tachar a la selección natural y a su descubridor de racista, eugenista y genocida.

Es muy común oír que Hitler se basó en la teoría de Darwin para justificar su holocausto. Sin embargo si investigamos un poco podemos observar que el genocidio de Hitler no tiene absolutamente nada que ver con la teoría darwinista.

Hitler no menciona ni una sola vez a Darwin o a la selección natural en sus escritos. Basta con leer algunos fragmentos de su libro, Mein Kampf, para que quede claro en qué se basaba para justificar su “mejora de la especie”:

"La voluntad de Dios fue la que dio a los hombres su forma externa, su naturaleza y sus facultades. Aquél que destruye la obra de Dios está de esta manera combatiendo la obra divina, la voluntad divina."

"Basta la observación más superficial para demostrar cómo las innumerables formas de la voluntad creadora de la Naturaleza están sometidas a la ley fundamental, inmutable, de la reproducción y multiplicación de cada especie restringida a sí misma."

"Ese instinto que actúa en toda la Naturaleza, esa tendencia a la purificación racial, tiene como consecuencia no sólo levantar una barrera poderosa entre cada raza y el mundo exterior, sino también mantener las disposiciones naturales. La raposa es siempre raposa; el ganso, ganso; el tigre, tigre; etcétera. La diferencia sólo podrá residir en ciertas variaciones de su fuerza, robustez, agilidad o resistencia, verificada en cada uno individualmente. Nunca se supondrá, sin embargo, a una raposa manifestando a un ganso sentimientos humanitarios, de la misma manera que no existe un gato con tendencia favorable a un ratón."

"En pocas palabras, el resultado del cruzamiento de razas es, por tanto, siempre el siguiente:
a) Rebajamiento del nivel de la raza más fuerte;
b) Regresión física e intelectual y, con ello, el comienzo de una enfermedad que avanza lenta, pero segura. Provocar semejante cosa es un atentado contra la voluntad del Creador."

En contraposición, ahora leamos varios fragmentos del libro de Darwin, El orígen del hombre:

“Debemos tratar las especies de la misma forma que aquellos naturalistas tratan los géneros (genus), que admiten que los géneros son meras combinaciones artificiales hechas por conveniencia.”

“Esta diversidad de opiniones ... muestra que las razas pasan gradualmente de unas a otras, y que es muy dificil descubrir características distintivas claras entre éstas.”

“Debería haber una competencia abierta para todos los hombres; y a aquellos que pueden no se les debería prohibir mediante leyes o aduanas que tengan el mayor número de descendencia.”

“A medida que el hombre avanza en la civilización, y las pequeñas tribus se unen para formar comunidades más grandes, la más simple de las razones le diría a cada individuo que debe extender sus instintos sociales y sus simpatías a todos los miembros del mismo país, aunque sean desconocidos para él.”

Como podemos observar las ideas de Hitler y las de Darwin no tienen nada que ver.

Hiler afirmaba que “la pureza de la raza” era “la Voluntad de Dios”. En primer lugar Darwin demostró que no existe tal cosa como pureza racial, y en segundo lugar, las razas y las especies no las formó Dios.

Hitler decía que la segregación de las especies y las razas es “una ley rígida” de la naturaleza. Darwin demostró que no existen leyes rígidas en la naturaleza.

Hitler decía que las especies solo se aparean de forma natural con miembros de su misma especie. Darwin demostró que muchas especies hibridan de forma natural (de hecho, estudios muestran que más del 10% de “especies” hibridan en la naturaleza).

Hitler decía que las especies eran uniformes en cuanto a características. Darwin demostró que hay un grado elevado de variación dentro de las especies.

Hitler proponía la implantación de leyes racistas a favor solo de la gente “nórdica”. Darwin afirmó que no se deberían implantar leyes de este tipo.

Hitler despreciaba la simpatía y decía que la simpatía no debería extenderse a todas las razas. Darwin afirmó que la simpatía era el valor moral más elevado, que sin duda la simpatía era un atributo importante para el éxito del ser humano, y que deberíamos extender nuestra simpatía a todas las personas.

Esta claro que las ideas de Hitler reflejaban la visión tradicional “predarwinista” de la naturaleza. Hitler consideraba la raza como sagrada, veía a los alemanes como “los elegidos de Dios”, y justificaba el racismo, el genocidio y la eugenesia a través de sus ideas sagradas. La sacralidad de la raza es lo que impulsó a los nazis a luchar, no la teoría de la selección natural.

Por supuesto, la selección natural ha sido utilizada para justificar todo tipo de acciones e ideas, pero, de nuevo, esto no dice nada sobre si esta teoría es cierta o no. Individuos pueden coger partes de la teoría de la evolución e interpretarlas de forma que les proporcione justificaciones para sus creencias o sus actos, pero, como hemos visto, la biología es puramente descriptiva.

Existe un malentendido muy común alrededor de la frase "la supervivencia del más apto". Esta frase fue introducida por el filósofo Herbert Spencer, un contemporáneo de Darwin, que fue uno de los pioneros de lo que hoy se conoce como evolución social. La selección natural consiste en mucho más que la supervivencia del más apto. Por sí sola, la supervivencia del más apto no lleva a ningún sitio. La selección natural requiere variaciones hereditarias en un entorno. No debemos confundir la selección natural con la supervivencia del más apto, no son lo mismo.

Cuando hablamos de la supervivencia del más apto a mucha gente le viene a la mente una violenta lucha por sobrevivir: leones devorando a cebras, cocodrilos estrangulando a ñues y el pez grande comiendose al pez pequeño. Y sin duda, la naturaleza está plagada de situaciones en la que la competencia por la supervivencia conlleva actos extremadamente crueles y violentos. Pero el más apto no es necesariamente el más fuerte o el más agresivo. El más apto puede significar cualquier cosa, desde el mejor camuflado al más fecundo, o desde el más ingenioso al más cooperador. Olvídate de Rambo, piensa en Einstein o Martin Luther King.

Lo que vemos en la naturaleza no es cada animal por su lado. La cooperación es una estrategia de supervivencia muy eficaz y es uno de los aspectos claves en la evolución de la vida. Las células complejas evolucionaron de la cooperación de células simples. Los organismos multicelulares están hechos de células complejas que cooperan. Los superorganismos como las colonias de hormigas o abejas consisten en individuos que cooperan.

Los antidarwinistas simplemente escogen la información que apoya sus creencias e ignoran el resto. Por ejemplo es común oír que la despiadada competencia de la naturaleza que describe la teoría de la evolución justifica el sistema capitalista que tenemos en la actualidad.

Sin embargo, consideremos los siguientes ejemplos.

En muchas situaciones el abandono de la cooperación tiene consecuencias nefastas. Por ejemplo, cuando las células de nuestro cuerpo se vuelven rebeldes y dejan de hacer la función que tenían asignada (causando cáncer), distintos mecanismos actúan para eliminar estas células rebeldes.

Otro ejemplo es el éxito de los insectos sociales con una organización jerárquica estricta en el que cada cual tiene una función en la sociedad definida desde el nacimiento.

Estos ejemplos podrían usarse perfectamente para justificar el socialismo o el totalitarismo.

Es una estupidez recurrir al concepto de "supervivencia del más apto" que se usa en la evolución para justificar cualquier tipo de sistema socioeconómico.

¿Por qué? ¿Porque es natural? ¿El canibalismo es aceptable porque los osos polares lo hacen? ¿Está bien matar a tus hermanos porque muchas especies de pájaro lo hacen? ¿Está bien matar a tus propios hijos porque hay ratones que se comen a sus propias crías?

Prácticamente todo tipo de comportamiento que a nosotros, los seres humanos, nos parece "antinatural", se puede observar en la naturaleza. Es absurdo argumentar que esto justifica que los seres humanos debamos comportarnos de esa forma.

La selección natural es simplemente una descripción de cómo evoluciona la vida. No nos dice cómo deberíamos comportarnos. Esto es el terreno de otros campos de la ciencia.

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